He leído el cuadernillo de CRISTIANISMO Y JUSTICIA titulado "Vides itinerants" de Jaume Flaquer. Os lo recomiendo. No tiene desperdicio. Tal vez lo que me ha parecido más llamativo haya sido la presentación que hace del inmigrante como un modelo de vida para una sociedad estática e instalada en su propia realidad. Copio literalmente (la traducción del catalán es mía porque no tengo el texto en castellano): "La sociedad de acogida se sitúa normalmente en la perspectiva del ideal y ve al inmigrante como una persona que se ha de integrar en nuestra cultura, en nustra realidad, en la que se ha de asentar y estabilizar. En cambio, desde otra perspectiva, el ideal no somos nosotros, sinjo él, ya que el inmigrante es el s´mbolo del que vive desenganchado, descentrado, mientras que nosotros, con frecuencia somos los que vivimos anclados y por tanto esclavizados. Este hecho cambia todos los papeles y percepciones de la realidad desde el núcleo mismo de las religiones (el autor se detendrá especialmente en las tradiciones judía, cristiana e islámica). El inmigrante pasa de ser el rechazado a ser un modelo de vida" Flaquer apela a recordar la importancia de la experiencia de migración en cada una de las tres grandes religiones y cómo el trato al inmigrante como a un hermano, a un igual, es recogido en sus preceptos: "No te olvides de que tú también has sido inmigrante"
En España tendríamos también que recordar la propia historia, todavía reciente y actual, de tantas personas, familias enteras que emigraron buscando un mejor futuro, huyendo de la guerra o de represiones políticas... ¿Cómo no ver en el que llega hoy hasta nosotros alguien con las mismas aspiraciones, los mismos temores, las mismas dificultades...?
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