Hemos elegido el nombre de Odiseo porque para nosotros simboliza la figura del inmigrante, de quien recorre el mundo y experimenta la alegría o el dolor que causa la acogida o el rechazo de aquel pueblo que lo recibe. Queremos ser como Alcínoo, rey de los feacios, quien en la Odisea de Homero, recibe a Ulises con estas palabras:
Oíd lo que os digo, las palabras que mi corazón en el pecho me dicta. He aquí un huésped que no sé quién es; llegó errante a mi casa, venga ya de poniente o de donde amanece la Aurora, nos suplica encarecidamente que lo acompañemos.

miércoles, 2 de enero de 2008

Bienvenido, Luis Ignacio

Lo vimos en muchas televisiones y lo hemos leído en unos y otros periódicos: Luis Ignacio Iriarte Fernández es el primer niño nacido en España en el 2008. Y es hijo de un matrimonio boliviano, de la región de Cochabamba. Es un nuevo valenciano y español de adopción, que no de nacionalidad, a menos que en el plazo de un año lo soliciten sus padres.
El nacimiento de Luis Ignacio nos permite referirnos a un muy interesante informe visual de la inmigración en Castellón, informe elaborado por el Programa de Investigación y Difusión del Secretariado Diocesano de Migración de la Diócesis de Orihuela-Alicante, cuya página web os invitamos a visitar, porque es muy interesante, y que fue presentado en la conferencia que ofreció Nicandro Pérez Bellot con motivo de la inauguración oficial del curso 2007-2008 en Caritas Diocesana de Segorbe-Castelló.


En la presentación es especialmente visual la figura de un autobús de 100 plazas y la distribución en él de la población en virtud de su origen. En ese autobús hay una plaza para Luis Ignacio.

Hoy es 2 de enero de 2008. Y parece que fue ayer cuando leíamos esto:
...Las emigraciones, voluntarias o forzadas, multiplican las ocasiones de intercambio entre personas de culturas, religiones, razas y pueblos diversos. Los medios modernos de transporte unen cada vez más rápidamente todos los puntos del planeta, y cada día miles de emigrantes, refugiados, nómadas y turistas cruzan las fronteras...
Es notable el esfuerzo que muchos países realizan para acoger a los inmigrantes, muchos de los cuales, superadas las dificultades propias de la fase de adaptación, se insertan bien en las comunidades a las que llegan.
Con todo, las incomprensiones que se producen a veces con respecto a los extranjeros ponen de manifiesto la urgencia de una transformación de las estructuras y de un cambio de mentalidad, a los que el gran jubileo del año 2000 invita a los cristianos y a todos los hombres de buena voluntad.

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