Estoy en México y puedo comprobar que la ilusión de muchos jóvenes es emigrar a Estados Unidos. Con varios que he hablado, la razón no es porque aquí pasen hambre, sino porque el consumismo -o mejor, la mentalidad consumista- va ganando campo en todas partes. Uno se marchó para satisfacer el deseo de su mujer de cambiar de coche... y tiene aquí tres hijos y un negocio de carnecería que ha abandonado ... La canción es muy vieja, pero tal vez algunos la conozcais: "El que tiene un peso quiere tener dos... y el de los cincuenta quiere tener cien". ¿Qué sociedad de bienestar basada en el tener cosas materiales, cada vez más y mejores, estamos proyectando? La ayuda mutua, el compadrazgo, la solidaridad, las tierras comunes para trabajar, son otra forma de bien-estar que estoy conociendo en comunidades rurales e indígenas de acá.
Hemos elegido el nombre de Odiseo porque para nosotros simboliza la figura del inmigrante, de quien recorre el mundo y experimenta la alegría o el dolor que causa la acogida o el rechazo de aquel pueblo que lo recibe. Queremos ser como Alcínoo, rey de los feacios, quien en la Odisea de Homero, recibe a Ulises con estas palabras:
Oíd lo que os digo, las palabras que mi corazón en el pecho me dicta. He aquí un huésped que no sé quién es; llegó errante a mi casa, venga ya de poniente o de donde amanece la Aurora, nos suplica encarecidamente que lo acompañemos.
Oíd lo que os digo, las palabras que mi corazón en el pecho me dicta. He aquí un huésped que no sé quién es; llegó errante a mi casa, venga ya de poniente o de donde amanece la Aurora, nos suplica encarecidamente que lo acompañemos.
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