Hemos elegido el nombre de Odiseo porque para nosotros simboliza la figura del inmigrante, de quien recorre el mundo y experimenta la alegría o el dolor que causa la acogida o el rechazo de aquel pueblo que lo recibe. Queremos ser como Alcínoo, rey de los feacios, quien en la Odisea de Homero, recibe a Ulises con estas palabras:
Oíd lo que os digo, las palabras que mi corazón en el pecho me dicta. He aquí un huésped que no sé quién es; llegó errante a mi casa, venga ya de poniente o de donde amanece la Aurora, nos suplica encarecidamente que lo acompañemos.

martes, 25 de enero de 2011

Ya pasó, pero sigue presente...




La jornada del inmigrante y refugiado, como anunciamos, se realizó el 16 de enero. El viernes tuvimos en uno de los salones de la sede de Bancaja una mesa redonda. Pensamos que nos habían asignado un salón demasiado grande, pero la verdad es que casi se llenó: inmigrantes y personas a quienes interesa la inmigración y especialmente el lema de la jornada "UNA SOLA FAMILIA HUMANA". Lástima que no se pudiese prolongar el diálogo posterior, ya que muchos habían pedido la palabra y no alcanzó el tiempo porque "tenían que cerrar". Yo creo que éramos más de sesenta personas las que asistimos, y eso, al menos para los que lo habíamos organizado, era una buena noticia: ¿cual?
que hay personas que comprenden que no somos simplemente individuos de la especie humana, sino que estamos llamados a vivir y convivir como una familia, como hermanos, con las características que conlleva una familia: Espacio humano, de relación, de mutuo apoyo. Donde cada uno se reconoce en relación con el otro: hijo, hermano… Donde se acoge no por lo que se tiene sino por lo que es: miembro de una familia. Entre quienes existe un sentido de pertenencia. Ámbito cálido de cariño, apoyo, ayuda mutua y con una especial atención a los más débiles o necesitados.
Podemos trasladar esto a la gran familia que estamos llamados a formar los autóctonos y los inmigrantes, buscando el bien común, conscientes todos de nuestras posibilidades, de nuestros derechos y deberes.
La Eucaristía fue el domingo, presidida por el Sr. Obispo de Segorbe-Castelló y concelebrada por varios sacerdotes. También fue numerosa la presencia de inmigrantes de diferentes nacionalidades junto a los feligreses de la concatedral de Santa María. Solamente decir que fue la expresión de una gran familia de hermanos, reunidos en torno a Jesús presente entre nosotros, de forma privilegiada en la celebración eucarística.



Una amplia descripción de la celebración se puede leer en este lugar.

La homilía del Señor Obispo la pueden leer en este otro enlace.

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